viernes, 11 de abril de 2008

JC CASTRO RAMOS: Anécdotas y Recuerdos de San Eugenio del Cuareim

"Estos relatos van dedicados a todos los Artiguenses. A los de antes por habernos legado esta ciudad fraterna en que vivimos; a los de hoy porque en los recuerdos de su pasado encontrarán impulsos gratos para templarlos en la contrucción del porvenir: Y a los del futuro, porque en las cosas del ayer talvez encuentren algo, que los haga sentirse satisfechos de los viejos tiempos del pueblo nacido a orillas del Cuareim"
 
 
Esta es la "Dedicatoria" de un pequeño libro que hace muchos años atrás, en noviembre de 1983 para ser más precisos, el "Papo" publicaba con el título "Anécdotas y Recuerdos de San Eugenio del Cuareim"
 
La idea es entonces transcribir para toda la Familia Pinto, una a una estas breves historias escritas por nuestro abuelo, comenzando ya mismo con los "Motivos" que lo llevaron a hacerlo, y luego una de esas primeras "anécdotas y recuerdos" que tocan a algunos miembros de la familia.   Pablo
 
MOTIVOS
 
Lo que impoulsa la redacción de este librito es el haber considerado una necesidad recoger unas cuantas anécdotas y vivencias de San Eugenio del Cuareim, hoy Ciudad de Artigas. Tiene que haber un lugar para ellas, para que los artiguenses conozcan a su través un poco más en torno a sus antepasados y a las gentes que, antes que nosostros, vivieron, lucharon, sufrieron y soñaron en nuestra ciudad y en nuestra comarca.
 
No existe en esta obrita más que el afán ya indicado. No tiene pretensión literaria, ni ninguna otra.
 
Más todavía: podemos afirmar que la esencia básica de este opúsculo es la de que no se dispersen y se pierdan las cosas que formaron parte del ayer de nuestras gentes.
 
Y nuestra ambición mayor es que llegue a haber un ejemplar en la casa de cada familia artiguense, como un retazo de nuestro Pasado.
 
Los sucesos de estas anécdotas serán para las nuevas generaciones (mucho más modestamente claro está) algo así como los manes y penates, como los primigenios hechos que todo pueblo, por serlo, debe tener.
 
No figuran todas las anécdotas que conocemos, debido a razones que creemos necesario reservar.
 
Pero, están unas cuantas que, además de las condiciones ya expresadas, poseen su parte de interés y amenidad, como para que puedan ser leídas con agrado.
 
Ojalá hayamos conseguido, en estas páginas un poco nada más de lo que aspiramos al darlas a conocer.
 
Para exponerlas no se ha seguido ningún orden cronoñogico, ni de ninguna índole. Van simplemente hilvanadascomo imágenes de un calidoscopio, que surgen al girar de cada página. Así parecerán menos relato histórico cronológico, y más recuerdo vivo y evocador.
 
 
PRIMERA ANÉCDOTA:   "DOS NIÑOS DESCALZOS"
 
Comencemos por una escena, poco más o menos del año 1878. Dos niños descalzos cruzan el Cuareim desde el poblado vecino. El mayor conduce al menor de la mano, hasta el Juzgado de Paz.
 
Allí, se declara oriental y dice que, con su hermano, sufren el despojo de sus escasos bienes y el maltrato de un mal tutor. El Juez luego de oir toda la historia le dice que regresen tranquilos a su casa que el propio tutor lo traerá, al cabo de pocos días.
 
Así sucede. Con inusitada amabilidad el tutor mal encarado se vuelve de pronto bondadoso, les compra zapatos que nunca lazaron y ropas; y les dice que deben hacer una diligencia en San Eugenio, donde deben hablar bien de él, con un señor que van a ver.
 
Vuelven al Juez quien, sin demora asume para sí la tutoría de los menores y rescata en la forma expeditiva de aquellos tiempos, sus escasos bienes.
 
Van a la Escuela, luego se emplean uno en una tienda y el otro en el Juzgado. Andando el tiempo fueron hombres de provecho, que ocuparon altos cargos en el departamento y en el país. El mayor se llamaba Amaro F. Ramos: fue Jefe político y de Policía en dos períodos, Jefe Militar de Guardias Nacionales en 1904, y, finalmente Senador de la República en 1926, probando con su vida ejemplar que los orientales pueden con sus talentos y méritos personales llegar a los más elevados sitiales de la República.
 
Concluyamos esta referencia histórica con lo que podría ser su final filosófico. Algunos años después de su primera mocedad, cuando don Amaro F. Ramos era ya vecino considerado y Procurador Público, uno de sus hijos le anunció que el viejo tutor deseaba verlo y agregó:
 
"supongo que Ud. no lo recibirá, verdad?"
 
Don Amaro, con una sonrisa melancólica respondió: "el Destino tiene vueltas extrañas en la vida de los hombres. Y el corazón siempre debe latir hacia el bien. De lo contrario seríamos todos alentadores de rencores"
 
Y no sólo recibió al antiguo tutor, sino que lo tuvo junto a sí en la nueva familia y luego lo dejó ir, pero con la ayuda económica que había venido a pedir.
 

4 comentarios:

Familia "Pinto" dijo...

porque ele tinha um tutor? onde tava o pai ou mae dele? o outro menino era irmao do Amaro?
bruno

Anónimo dijo...

Hola Bruno, le voy a decir a mamá que te responda, porque yo ni idea, seguro mamá o la mamucha saben... un abrazo!!! P.

Familia "Pinto" dijo...

Contestando a Bruno.

Creo que el padre había muerto, y no sé porque los llevaron , pues en un cuento del Papo, se nombra a la madre ya anciana como viviendo con ABUELITO AMARO.
El otro era hermano de Amaro y se llamaba Filisberto.
Tía Blanquita

Familia "Pinto" dijo...

Creo que es mejor que se pierda en la leyenda, quien fue el padre. Esta bueno que la historia de Los Pintos comience asì...